La sonrisa del Lunes 27 de septiembre 2010

Lo bonito que tienen las fiestas patrias es que contribuyen a consolidar la identidad de las naciones, los niños, que serán la fuerza del futuro, aprenden una simbología cargada de gloria en el recuerdo y ellos mismos interiorizan la necesidad de participar. Algo así escuché decir entre el olor a las empanadas y los choripanes (que no puedo comer, o mejor dicho, no debo) cuando esta inocente niña chilena, sin saberlo, creó la versión bicentenaria del himno nacional de Chile:




Pero no es de patriotismo, ni de simbolos que quiero hablarles hoy, tal vez porque me ha tocado trabajar en esta semana con un grupo relacionado con el Medio Ambiente es que me puse a pensar en las graves consecuencias de la tala de árboles y Mimí Gil que dice haberme escuchado musitar mis pensamientos, me presentó otras dolorosas perspectivas que tiene para los propios animales.

¿Hay derecho a hacerles esto a los animalitos? ¿Cuántos de ellos tendrán después complicaciones de vejiga urinaria? ¿Cuantos mojarán al de delante o al vecino de al lado, mientras aprietan los labios para que nada salga por ninguna parte durante la larga espera?

Luego está el tema de los pesticidas químicos, que está causando estragos irreversibles en las personas, porque ya saben eso de que somos lo que comemos. Rosa Rojas, me ilustra lo que está pasando en ciertas zonas de México con la ingesta de ajos por las mujeres y ella me lo dice: Ojo con el ajo. Vean AQUI

Es preocupante y es que si no cuidamos el planeta puede pasar cualquier cosa. Podemos llegar a más crispación de la que ya tenemos. El pasado Viernes fui a cenar con unos alumnos españoles/as de mis últimos seminarios en España y ellos, ya coaches, me presentaban la dificultad cada vez mayor del diálogo entre hombres y mujeres. Y yo, que no había querido hacer mucho caso a la alarma en la que insiste Marcelo Krynski por lo que observa en Argentina, me quedé dudando



Dinos Señor ¿Cuál es el camino?