Empiezo el Lunes en el aeropuerto de Lima. Es una
experiencia. La máquina exprimidora de naranjas de la sala VIP es una maravilla.
Me siento con mi zumito y me dejo llevar por este ambiente cosmopolita,
colores, rasgos, acentos diferentes. Es algo que me gusta. Al lado tengo dos
argentinos que estaban comentando los goles de Higuain. “Golazos” decía uno, “aunque
tres ya cansan” decía el otro con una ironía contralógica que me ha hecho
volver la cabeza. Y me he acordado que lo poco gusta y lo mucho cansa y de la anécdota
del argentino que se va a Canadá. Ya la he contado, pero ahora Mimí lo grabó en
vídeo y vale la pena recordarlo, che
Me caen bien los argentinos (no todos, Maradona, no, los
militares argentinos, tampoco) pero hay que reconocer que el amigo cubano de
Fernando Contardo les dio un buen corte. Me parti de la risa…
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Y hablando de diferencias y de cosmopolitismo me vino a la
memoria la forma en la que mi amiga María Saade me contó el otro día la diferencia entre los
árabes y los judíos, claro que es posible que influya su ascendiente libanes.
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También me caen a mi bien los árabes, fíjate. Lo del burka,
por ejemplo. Yo creo que se exagera que no queda tan mal. Tal vez estos eran un
poco largos pensando que ya estamos en la primavera.
Pero definitivamente hay burkas y burkas. En fin tengo que emburkar, perdón embarcar-
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