Ya pasados unos días empiezo a recapitular y hacer balance. Esta es la última imagen que recuerdo, entre tinieblas, del Dr. La...(no debo decir su nombre en estas páginas abiertas) antes de la operación. Agradecí su seriedad, el cuidado por los ritos y que el bisturí estuviera tan limpio.
Luego fueron simples parpadeos y en algún momento, cuando empezó la reanimación horas más tarde, un cierto aire festivo en el quirófano y la prueba para ver si me tiraban los puntos. "Ría, ría" me decían. Me vienen ahora a la mente estas imágenes.
El despertar fue plácido. Ellas me miraban sonriendo. Luego al quedarme sólo entendí todo lo que me habían hecho. Para eso sirvieron las advertencias de Aquiles Gallardo cuando semanas antes me insistió en que los médicos hablan un lenguaje difícil, que era necesario que me pusiera de acuerdo en los significados para evitar situaciones como las del huaso Gumersindo. Me lo contó de esta forma. Haz clic AQUI
Y por eso yo pregunté todo en clarito. ¿Era coronografía o coreografía? ¿Operación a corazón abierto la llaman por que te lo abren o porque te lo sacan? Las cosas claras...
Al día siguiente descubrí las medias blancas (que no me quedaban tan mal) y la atroz depilación modelo cebra. Al principio no entendí la indirecta de la auxiliar argentina cuando me llamó Varela. Yo la corregí: "Vera, vera". "¿No era Varela?", insistió ella. "Pues no, nunca lo ha sido", muy firme yo. "Es que como lo veo tan hormonal, oso por unas partes y porcelana inglesa por otras".
El comentario no me hizo gracia ("porcelana inglesa") y además me dejo intranquilo (teniendo en cuenta lo de las Mavinas). La maravilla del Youtube me lo aclaró horas más tarde:
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